Si algo os puedo asegurar de esta tapa es que cuando la sacas a la mesa vuela, y eso que no es mágica... jajajajaja.
Supongo que la razón es que se come de un bocado y está francamente buena!!!
Se puede preparar de un día para el otro, pero hay que tener la precaución de guardarlas sin el queso y gratinarlos en el último momento, así no queda seco. En vez de queso se puede poner pan rallado aliñado con perejil y ajo en polvo y se le da otro toque.
- 12 champiñones grandecitos
- 1/2 cebolla
- 50 gr de jamón serrano
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta
- 1 copa de vino blanco
- Queso parmesano en polvo
Limpiar los champiñones y quitarles el pie, reservar las capuchas.
Picar muy finito el jamón serrano, la cebolla y los pies de los champiñones.
Sofreír la cebolla a fuego suave, luego añadir los champiñones. Salpimentar en el último momento añadir el jamón serrano y saltearlo. Rellenar los champiñones con la mezcla e ir colocándolos en una sartén con tapa o cazuela. Cubrir con el queso en polvo y cubrir el fondo de la sartén con el vino blanco. Cocer a fuego muy suave y tapado durante unos 30-35 minutos, hasta que veamos que los champiñones están ya hechos.
Ahora sacar unas cervecitas y dar buena cuenta de ellos... jajajajaj
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